En el pasillo del tercer piso que da al oeste, vengo escuchando esto desde hace días.
Y no sé de que cuarto viene
Araca la cana,
ya estoy engriyao.
Un par de ojos negros me han engayolao;
ojazos profundos, oscuros y bravos,
tajantes y fieros, hieren al mirar
con brillo de acero, me van a matar;
de miedo, al mirarlos, el cuore me ha fayao.
Araca la cana... Ya estoy engriyao.
Yo que anduve entreverao
en mil y una ocasion,
y en todas he guapeado;
yo que al bardo me he jugao
entero el corazon,
sin saco ni cuidado,
como un gil vengo a ensartarme;
si es pa' creer en cosa 'e Dios
que al guapo mas capaz
le falle el corazon.